miércoles, 10 de diciembre de 2014

Le gustas, pero no como Novio



Los hombres están llenos de excusas y ambigüedades, puede que hayas salido con él y que le gustes, pero eso no quiere decir que le intereses. El hecho que te halle atractivo solo significa que se ve contigo en una cama, no que te va a llevar al altar. Así que deja de pensar en vestidos blancos, Vera Wang. Entonces, cuando aspiras a una relación seria, ¿cómo medir si en verdad le importas lo suficiente?

Para empezar, él nunca será franco contigo. No por cortesía ni miedo a lastimarte, sino por cobardía. Sí, un hombre preferiría que una estampida de elefantes pasara por sus testículos antes de tener que darte la cara y decir: «la verdad es que no me interesas mucho que digamos». Él teme que tú te pongas como Barbie Funeral cuando te diga la verdad. Por ende, te mantendrá a punta de evasivas.

Al principio, tú sales con él… todo marcha bien, luego hace algo que te decepciona y sigue empeorando. Aquí es cuando tú empiezas a justificarlo, porque lo último que quieres es admitir que este hombre que te encanta, no está loco por ti.

Primordialmente, nunca aceptes el pretexto de “He estado muy ocupado”. Simplemente, quien quiere las cosas, saca tiempo; quien no, saca excusas. Tampoco digas “Es que yo lo intimido”, porque tú no tienes la culpa de que seas exitoso y él un perdedor, o tú bello y él solo aceptable. O si “Él tiene miedo a enamorarse”, ¡que se joda!, si le da pavor nadar, qué carajos hace en una piscina.

“Es que ahora él está sin trabajo y pasa por un momento difícil”, entonces tú esperas a ver si todo mejora cuando él se estabilice. Mientras tanto, le gastas invitaciones, lo llamas tú porque él dice no tener dinero para hacerlo, y pisoteas tu dignidad. En verdad, su sequía no es el problema, puesto una gotita de agua como tú le caería estupendamente. Mas tú no le calmas la sed, él te aparta usando su mala situación como una disculpa.



“Él quiere ir despacio, sin
presiones”
. ¡Despierta y huele
el peróxido, Rapunzel!
Cuando a alguien le mueves el
piso, cualquier propuesta la
torna como iniciativa; cuando
no, le llama presión y así te
hace retroceder. Es decir,
cuando a alguien le mueves el
piso, lo embriagas; cuando no,
lo ahogas. No eres intenso, es
solo que no le gustas lo
suficiente.


“Quizá él está esperando a que yo lo busque”. ¡No! Si él realmente quiere cazarte, créeme que te buscará hasta después de un tsunami. Ya tú le demostraste tu interés, es su turno ahora. A1 buscarlo repetitivamente, no le das oportunidad de que él lo haga y te muestras como alguien desesperado. Si quiere algo contigo, él debe manifestarlo. Si no es capaz, no vale la pena. En general, cuando salgas con alguien en serio, básate en lo que él demuestre y no en lo que tú supones. Proeesa los hechos y mide su nivel de interés con tu propia vara, no con la de él. Eso de “lo demuestro a mi manera” es otra patraña, puro papel higiénico mojado que se deshace en tus manos antes de servir para algo.

Las señales son sencillas: si él
actúa como que le importas
un rábano, significa que le
importas un rábano. ¡Sin
excusas!


No pierdas tiempo y energía en alguien que no tiene 1a intención ni la voluntad de tomarte en serio. Si dice una cosa, pero demuestra otra... échalo por el inodoro. Tú debes salir con un tipo que sea tan verdadero como sus palabras. A la final, tú eres una barbie. Y la razón por la que te llamo así es porque eres fabuloso por sí solo, él es simplemente un accesorio: chévere si lo tienes, pero definitivamente puedes vivir sin el.

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